30/5/14

Bichos a cascoporro (Cazorla, y III)

 Vamos ya con alguna foto de bichos, que sé que lo estabais deseando, jeje... Que no os asuste ver que empiezo la entrada con mariposas, que no pienso pasarme (todavía) a la moda de los lepidópteros: como os decía ayer, hay demasiados, y a mí me gusta poner nombre a lo que veo. Ésta sé que es una Argynnis sp., pero no me preguntéis cuál de las cinco; y mira que son pocas... Ahora que la composición ha quedado bonita, ¿eh?

 Esta otra en cambio, como no se confunde con ninguna otra y puedo ponerle nombre, pues ya me gusta más: es una cuatrocolas o mariposa del madroño Charaxes jasius. La segunda que veo, y en el mismo lugar que la primera. No se aprecia en la foto porque no hay con qué comparar, pero es una mariposa no sólo muy bonita, sino muy grande. Es muy bonita por debajo también, muy "tropicaloide"; y de hecho es si no me equivoco la única representante europeas de las como 400 especies de charaxinos. Mientras que la mayoría de mariposas se pirran por lo dulce, a éstas les tira más agrio y lo salado, y antes que en flores es más sencillo encontrarlas libando en fruta pasada, carroña o heces; como la de la foto, que por suerte voló a una zona más despejada y no tuvimos que fotografiarla tal cual la encontramos, deleitándose con una mierda de perro.

 Pero basta ya de mariposas. En Cazorla nos encontramos con multitud de lagartos ocelados Timon lepidus; no se ve muy bien en la foto, pero el macho de la imagen era descomunal. Vivía bajo esa gran roca con su señora; roca bastante mal escogida, por cierto, pues estaba junto al camino y los pobres no paraban de esconderse cada vez que pasaba alguien. Y será por gente en Cazorla...

 Tras las últimas novedades taxonómicas, cada vez está más difícil ver una de las antaño corrientes lagartijas ibéricas Podarcis hispanicus; menos mal que en Cazorla la que hay sigue siendo la original. Aunque no es algo que siempre se cumpla, en muchas poblaciones de ésta y las especies hermanas los machos como el de la imagen muestran un patrón dorsal muy reticulado...

 ... y las hembras en cambio uno rayado; como la gordita de la imagen, a la que no le debía de quedar mucho para desovar.

 En cualquier caso hablar de lagartijas y Cazorla es hablar de la lagartija de Valverde Algyroides marchi, especie amante de la humedad y exclusiva de estas serranías (pongo foto de Vero porque las mías, aunque mejores que las que le hiciera dos años antes, siguen sin hacerle justicia a la especie). Tardamos mucho en verlas y creí que nos íbamos de vacío, pero finalmente dimos con algunas y mis acompañantes se la pudieron tachar.

 Cuando ya estábamos volviendo el domingo, un griterío de arrendajos alborotados nos hizo detener el coche, y enseguida dimos con la causante de tanto revuelo: un águila calzada Aquila pennata posada junto a la carretera y que, impasible, se dejó hacer un millón de fotos desde dentro del coche. De nuevo, foto de Vero.

 Aunque para impasible el zorrete éste, al que teníamos tumbado tan pancho cuando nos paramos a un metro de él. Muchos animales cazorleños están tan acostumbrados a la comida de los turistas que ya veis lo preocupados que se les ve...

 ... al zorro o a los cochinos que bajan a comer a las terrazas de los restaurantes (en Arroyo Frío, en este caso). El gustito que da alimentar a los animales silvestres es difícil de superar, y conseguir que la gente no haga estas cosas es casi tan difícil como conseguir que no eche yo la mano a los bichos que veo; pero estaría bien conseguirlo. Estos bichos que se arriman tanto, de una están siempre expuestos a que un coche les pase por encima, y de otra suelen ser los que más problemas causan mordiendo a la gente cuando les da por tocarlos.

 Es difícil, digo, pero se puede, igual que me voy reformando yo: al volver el domingo paramos a comer a la vera de un regato entre Jaén y Albacete, y a la otra orilla bajó a beber una culebra de herradura Hemorrhois hippocrepis bastante grande, que se marchó luego tan tranquila, sin que yo le tocara las narices :-)

Entre la hierba de la orilla del riachuelo nos encontramos esta parejita, un bicho que me hizo mucha mucha ilusión ver: no sólo por lo que me gustan en general las mantis, sino porque la pequeña Apteromantis aptera (no, no tiene alas, por si lo dudabais :-p), que nunca había visto antes, es una especie bastante localizada, endémica del sur peninsular.

...Y una foto de los tres bichos de siempre para terminar. Para terminar con la entrada, con la breve serie sobre Cazorla y con el mes de mayo. Y a ver si en junio empieza de una vez a hacer calor...

2 comentarios:

Sergio de Carabias dijo...

Una maravilla de observaciones en muy buena compañía, además, por lo que veo... ;)

Antón Pérez dijo...

De la compañía no me puedo quejar, no.