17/5/14

San Juan de la Peña (Guarismos, V)

Dejando Sabiñánigo, salimos el último día hacia el oeste y hacia el norte, a los primeros montes propiamente pirenaicos. Nuestro destino: San Juan de la Peña, un pequeño monasterio con más joyas románicas por metro cuadrado que cualquier otro. ¿Y qué pasó? Que por un mal cálculo de tiempo y una elección errónea de las carreteras nos quedamos sin verlo, me temo. El monasterio viejo, el "bueno", está pegado a la base de un escarpe rocoso, como el de San Martín que os enseñé hace uno días. El de la imagen, el nuevo, está en una amplia pradera abierta en el bosque que crece sobre ese mismo escarpe.

 Bosque muy denso y variado: en Pirineos se deja notar la influencia centroeuropea en los bosques, haciendo que haya una diversidad media por superficie de árboles mayor que en el resto de la Península.

 Este bosque se supone debía ser el lugar donde Vero se tachase, si no de vista sí de oído, el picamaderos negro Dryocopus martius, pero por más que lo buscamos p'arriba y p'abajo el dichoso pájaro carpintero no se dignó en aparecer. En cualquier caso el sitio staba lleno de flores y detalles curiosos, como este tronco cuyos hongos me recordaron las rocas costeras alfombradas de Padina pavonica... ¡qué ganas de pillar el mar!

 Atravesando este bosquete acaba uno encontrándose con "el balcón del Pirineo", nombre bastante correcto para un lugar con unas vistas ciertamente pintorescas.

 Aquí descubrí que la cámara que me regalasteis por mi tesis hace fotos panorámicas también, jeje.

 Saliendo del bosque ladera arriba la vegetación se va aclarando  el monte estrechando, de forma que se acaba por tener una perspectiva bastante buena de ambas laderas, y de cómo cambia el horizonte según se mire hacia uno u otro lado. Y con esta visión nos despedimos de los montes, hasta que toque volver... a poder ser, repitiendo compañía :-)

¡Venga, va! ¡Algún bicho había que poner, que quedaba la entrada si no muy sosa! Y qué mejor que una lagartija colilarga Psammodromus algirus, mi nueva especie modelo... con las rayas bien marcaditas, como corresponde a los ejemplares del este peninsular.

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