Y además, desde el tren, mis primeros abejeros del año. Y once especies de rapaces más; en un día en que toda la Meseta parecía hervir de actividad aérea...
Y el pensamiento en voz alta de una señora cuando el protagonista de la película (la más que prescindible 10.000 a.C.) está a punto de ser aplastado por un mamut: “A ése ahora no lo salva ni la caridad...”
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