28/3/09

Patos de boda

En la antigua China, entre los que se lo podían permitir, un regalo típico de bodas era una pareja de patos mandarines Aix galericulata (del que podéis ver un precioso macho en la foto de arriba), considerados símbolo de la fidelidad y del amor esponsal. Estos patos, que aunque suene raro (suena raro aquí en España, donde ninguna especie nativa lo hace) nidifican en los árboles en antiguos huecos de pájaro carpintero, han sido empleados tradicionalmente como aves ornamentales, y se han naturalizado en Gran Bretaña y puntos de Centroeuropa; dándose la lamentable circunstancia de que, al estar ahora sus poblaciones originales del Extremo Oriente bastante amenazadas, sus poblaciones introducidas han cobrado un considerable valor conservacionista. Y otro dato curioso; si bien es éste el pato de las bodas, el que ha heredado esa característica en su nombre científico es su primo norteamericano el pato joyuyo Aix sponsa (foto de abajo).
Tal vez esperaríais una entrada algo más entretenida, en la que me dedicase a sacar punta a todos los hechos extravagantes que han tenido lugar en las últimas horas en esta casa en la que parece que se casan siete personas en vez de una; pero la verdad es que dicha circunstancia me está dejando bastante cansado y un puntito irritable, y hablar de pájaros me relaja mucho... Y siguiendo con los pájaros, creo que ya van siendo horas de que me vista de pingüino...


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