22/1/09

Doblemente muertos

Dasypus sp. Los animales de prácticas son los únicos con derecho a pasearse fuera del almacén

El despacho 11 de la planta 9 no es tal despacho, sino el almacén que alberga las colecciones de vertebrados de la Facultad. Allí, enormes estanterías se comban bajo el peso de botes, que siguiendo una especie de regla no escrita, cuanto más cutres parecen y más deteriorado está el ejemplar de su interior, más valor científico poseyeron en su día. La verdad, es una pena, porque realmente hay miles de ejemplares preservados (además de todos los esqueletos montados del Museo de Vertebrados, que desde que lo bajaron al sótano dejó de poder visitarse), y salvo el material que se emplea en prácticas el resto está allí dos veces muerto: la muerte fisiológica y la muerte de su recuerdo... ¡Si hasta hay un esqueleto de ballena completo, esperando a que alguien lo monte!
El caso es que, algún día de esta semana (hoy o mañana, vaya), nos llegará un ultracongelador para el grupo (un arcón frigorífico, pero que en vez de enfriar a –18ºC enfría a –80ºC). Y en previsión de eso, el viernes pasado llevamos a cabo la titánica tarea de hacerle sitio. Titánica, porque en el lugar que ocupará cuando llegue había una gran tina de plástico llena de formol y de grandes peces, por supuesto inclasificados y que nadie mira nunca, como todo lo demás. Para sacar dicho sarcófago al pasillo hizo falta vaciar y desmontar una de las estanterías enteras (esto no os dirá nada, claro; pero no pude sacar fotos del proceso para que vieseis la cantidad de cosas que hubo que sacar y volver a meter); y lo más complicado, lidiar con un número de profesores, cada uno empeñado en dar su opinión de cuál era la mejor manera de llevar a cabo todo el proceso. Finalmente, todo concluyó sin derramamiento de sangre, y queda a modo de anécdota que contar a los que no estuvieron presentes. Por ejemplo, a vosotros :-)


El arcón en su nuevo emplazamiento, ya cubierto de láminas enrolladas y preparándose para ser ignorado otros 50 años.

Arowanas, tiburones, rayas... El más pequeño de medio metro. Cualquier lengua viva se quedaría corta a la hora de expresar la riqueza, la variedad, la infinidad de olores que emanan de esa sopa al levantar la tapa...

4 comentarios:

Javi Pato dijo...

Je y yo q pensaba q era d los pocos en poner cochadas. Anda q debe oler a flores eso, je. No soporto el formol, eso sí. Y tampoco es q sea muy sano.

Antón Pérez dijo...

¿Recuerdas la bañera de los perros, de 1º? :-)

Javi Pato dijo...

Buahhhh! Ya no recordaba esa fragancia pero gracias a tu comentario rápidamente la he evocado :(. Demuestra que el olfato es uno de los sentidos más potentes en ese aspecto (pensando en el olor se es capaz d sentirlo en ese momnto).
Aunque después han venido cosas peores, no t creas. xD. De hecho mañana por la mañana toca procesar las vísceras d 10 corzos...

Vero dijo...

Ayns, ¡qué asco! ¡Callaos!