Como con toda el arte en general, no hay ni punto de comparación con verlo en directo. Van por orden…
- El Díptico de la Anunciación de Jan van Eyck; por la alucinante sensación de tridimensionalidad que consigue. Aún no termino de creerme que sea un cuadro, y no dos esculturas en una hornacina…
- Una clientela dura, de John George Brown. Es asombrosamente real (y muy gracioso de ver) el gesto de enfado contenido a punto de reventar de la niña.
- Verano en el Blue Ridge, de Hugh Bolton Jones; como exponente de una naturaleza rozagante y viva, que se sale del cuadro; nada que ver con cuadros emo de los paisajistas románticos de la misma época.
- El Bodegón con Frutas de Louise Moillon. El albaricoque abierto del centro del cuadro es real; y con ese adjetivo está todo dicho.
- Y, ya en otro plano, el Jardín del Edén de Jan Brueghel el Viejo; por los simpáticos calamones y ardillas de tierra del primer plano…
- El Díptico de la Anunciación de Jan van Eyck; por la alucinante sensación de tridimensionalidad que consigue. Aún no termino de creerme que sea un cuadro, y no dos esculturas en una hornacina…
- Una clientela dura, de John George Brown. Es asombrosamente real (y muy gracioso de ver) el gesto de enfado contenido a punto de reventar de la niña.
- Verano en el Blue Ridge, de Hugh Bolton Jones; como exponente de una naturaleza rozagante y viva, que se sale del cuadro; nada que ver con cuadros emo de los paisajistas románticos de la misma época.
- El Bodegón con Frutas de Louise Moillon. El albaricoque abierto del centro del cuadro es real; y con ese adjetivo está todo dicho.
- Y, ya en otro plano, el Jardín del Edén de Jan Brueghel el Viejo; por los simpáticos calamones y ardillas de tierra del primer plano…
1 comentario:
El Díptico de la Anunciación lo he abierto antes de leer tu comentario y he pensado que eran esculturas.
De todas el que más me gusta es el del Verano en el Blue Ridge.
Por cierto, no sé que quieres decir con lo del caballo, si es que quieres decir algo. ;D
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