18/2/10

Ma(má)drid

Ayer volvió mi madre a Ourense, tras cinco días con nosotros en los que, según ella, se lo ha pasado muy bien… Como durante el fin de semana se dedicó con mis hermanos a cuestiones más comerciales, el lunes por la tarde y el martes me la llevé yo de turismo del de verdad. La primera tarde dejamos vistos Palacio Real y Catedral, y el martes empezamos en las Salesas Reales, una iglesia que me gusta porque se da un aire muy romano. De allí la idea era visitar la exitosa exposición de pintores impresionistas de la Fundación Mapfre, pero como (para variar) la cola daba la vuelta a la esquina subiendo Bárbara de Braganza arriba desde Recoletos y la lluvia no invitaba a esperar allí, pues nos metimos en el Thyssen, que yo nunca había visitado. El Thyssen resultó ser fatigosamente grande para alguien que entienda tan poco como yo; aunque la visita merece la pena, y me he apuntado algunos favoritos que os comento mañana.
Salimos de allí pasadas las tres y media y comimos en el primer VIPS que apareció, coincidiendo (no era de extrañar) con muchas de las personas que estaban visitando más o menos a la vez que nosotros las salas del museo. Saciados ya, subimos hasta la iglesia de Los Jerónimos, que la verdad me gustó más por fuera que por dentro, aunque custodia un par de pasos de Semana Santa que hubiera merecido la pena ver con más detalle. La siguiente parada fue el CaixaForum: Tres videoinstalaciones con "rollito potente" (¡uf!), una breve muestra fotográfica muy interesante y el plato fuerte: una recopilación de cuadros y esculturas de Barceló. La obra de este artista no me acaba de convencer mucho, pero sí deja traslucir una genialidad que es justo reconocer.
Ya para acabar el día, la selva de Atocha y el templo de Debod, que siempre gustan. Y todo lo que queda, para la siguiente visita…

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