Ya sabemos todos (yo que os escribo y vosotros que me leéis) que hay aves que de vez en cuando se alimentan de murciélagos y murciélagos que de vez en cuando se alimentan de aves; pero lo que acaban de publicar un grupo de científicos húngaros y alemanes se sale ciertamente de lo común: Han descubierto que los carboneros comunes Parus major que viven en los alrededores de una cueva húngara penetran en ella ¡para matar y devorar a los murciélagos enanos Pipistrellus pipistrellus que hibernan en su interior! Aunque enanos, los murciélagos no lo son tanto en comparación con un carbonero; y además tienen buenos dientes para defenderse. Sin embargo un animal en hibernación poco puede hacer por protegerse... Y una pequeña bolita de carne y grasa no es algo que dejar pasar por alto si escasea la comida en invierno.
Los científicos comprobaron al proveer a los carboneros con comida suplementaria que éstos preferían esos alimentos más fáciles de conseguir a los murciélagos; y que las aves detectaban a los quirópteros en la semipenumbra de la cueva mediante el oído, viéndose atraídas por un altavoz a través del cual se emitían los grititos que emiten los murciélagos al “recolocarse” durante el sueño. Podéis leer el resumen del artículo original aquí (y puedo mandar el pdf a los que estén muy interesados); o si lo preferís la versión amarillista en castellano de El Mundo aquí. Ahora bien, lo que nunca, pero nunca debéis hacer, es leer la traducción que hace la barra de herramientas de Google del resumen del artículo...
Los científicos comprobaron al proveer a los carboneros con comida suplementaria que éstos preferían esos alimentos más fáciles de conseguir a los murciélagos; y que las aves detectaban a los quirópteros en la semipenumbra de la cueva mediante el oído, viéndose atraídas por un altavoz a través del cual se emitían los grititos que emiten los murciélagos al “recolocarse” durante el sueño. Podéis leer el resumen del artículo original aquí (y puedo mandar el pdf a los que estén muy interesados); o si lo preferís la versión amarillista en castellano de El Mundo aquí. Ahora bien, lo que nunca, pero nunca debéis hacer, es leer la traducción que hace la barra de herramientas de Google del resumen del artículo...
1 comentario:
Oh, Dios mío, las tetas asesinas de las grutas húngaras vienen a por nosotrooooooos!
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