De su viaje alrededor del mundo en el H.M.S. Beagle, Darwin se trajo unas cuantas tortugas de las Islas Galápagos. Una de ellas, Harriet, murió en Australia en 2006, 176 años después de su encuentro con el naturalista inglés, siendo así el animal vivo más longevo registrado.
El jueves por la noche fui al teatro con mi hermano y una amiga suya. La obra: La Tortuga de Darwin. El dramaturgo Juan Mayorga se basa en Harriet para construir su historia. Harriet habría escapado de su dueño y recorrido la convulsa Europa de los últimos 150 años. Sintiéndose ya mayor, y transformada en una achacosa señora merced a una evolución excepcional, decide contar su historia a un escritor para que no se pierdan sus recuerdos. Carmen Machi (Aída) borda el papel de anciana-tortuga; pero ya. A lo largo de las dos horas de función Harriet no hace más que recordarnos que los hombres somos malos, muy malos, que el mundo es una mierda y que no merece la pena vivir entre nosotros.
Un fantasma recorre Europa; el fantasma del pesimismo... En fin, tras pasarme todo el día trabajando, si necesito una dosis de existencialismo prefiero a Siniestro...
PD. ¿Cuántos del público se acordarían, como yo, al escuchar a Harriet mencionar a su cronista que la primera palabra que aprendió a decir fue "no", de que ésa fue también la primera palabra que aprendieron los monos, según El Planeta de los Simios...?
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