Esta mañana fuimos cinco los que nos acabamos juntando para pajarear por la Dehesa de la Villa, un pinar situado justo al norte de Ciudad Universitaria. Un lugar muy agradable, la verdad; parece mentira la cantidad de rincones más que aptos para ver bichos que hay dentro de la capital...
El paso postnupcial resulta siempre muy aparente, pero en estos días de final de invierno también se hace aparente que las aves que han bajado tienen tarde o temprano que volver a subir. En concreto, desde hace un par de semanas parece que a los pequeños e hiperactivos mosquiteros comunes Phylloscopus collybita se les haya activado algún chip misterioso, ya que están literalmente por todas partes: Entre las copas de los árboles del centro de Madrid, en arbustos de todos los jardines; incluso directamente sobre la hierba. La semana pasada conté doce en el mismo cedro, y su canto (que le ha valido su onomatopéyico nombre inglés: chifchaf) se oye por doquier de la mañana a la noche... Poco a poco, esto se va animando :-)
1 comentario:
Ejem ejem... TUI TUI TUI TUI.... no digo más ;)
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