3/6/13

Confiado

Tener confianza es bueno, confiarse no; si llego a nacer ñu ya se me habrían comido... El sábado, tras disfrutar en el campo de un día especialmente soleado y caluroso haciendo lo que ya os contaré mañana, llegué a casa rebosante de sudor y calorías y, tras ducharme, remodelé con entusiasmo y decisión mi ambiente doméstico: fuera edredón de la cama; fuera zapatillas cerradas, fuera pantalón largo. Tras pasar la tarde bien fresquito, con las piernas al aire y las chanclas en los pies, me acosté... y me levanté ligeramente mustio. A lo largo del domingo se fue confirmando la sospecha, y esta mañana me he despertado oficialmente acatarrado. ¡Qué ideal!, nada pega mejor con mi recién estrenado bronceado que la garganta irritada y la nariz moqueante...

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