9/8/15

Interludio costero, I

 El motivo de haber venido de la aldea a Ourense el viernes, fue que mi hermana mayor nos convenció de que había que aprovechar estos raros días de sol y calor para ir a la playa, y a la playa nos fuimos ayer. Nos costó decidir el lugar, salimos tarde, y pillamos algo de atasco; de modo que al final llegamos a A Illa de Arousa ya directamente para comer.

Panorámica del puerto de A Illa
Lo que no fue mala cosa, por cierto, pues comimos muy bien. Comida amenizada a través del cristal por la visión fugaz de charranes patinegros y comunes, camino probablemente de las costas mauritanas y del golfo de Guinea, y de gaviotas reidoras y cabecinegras, probablemente llegadas ya para pasar aquí el invierno; los unos aún con sus capirotes negros, las otras ya sin rastro del mismo.
Siguiendo con la tónica del día, nos perdimos después por la isla (ya es difícil...) buscando la playa de Xestelas, al sur y esperábamos abrigada del viento del norte, que estuvo soplando con ganas durante todo el día. No estaba lo suficientemente abrigada la playa y se dejó notar: la verdad tengo pasado mejores tardes junto al mar. Otro punto en contra de la playa era la gran cantidad de cascajo de conchas que acumulaba, que no resultaba nada agradable al tacto (de las plantas de los pies, se entiende). Algo de naturaleza: predominaban animales algo distintos de los que solía ver durante mis vacaciones en playas más expuestas, sobre todo almejas reloj, muchas con el revelador agujerito que dejan las caracolas al perforar la concha con la rádula para comerse a su ocupante. Muchas torrecillas también; y otros tantos moluscos de las costas abrigadas. Más de naturaleza: una lagartija a lo lejos, en una tapia, a la que no me pude acercar pero que sé que era una lagartija de Bocage. ¿Que por qué lo sé? Porque las islas gallegas tienen la cómoda manía de albergar cada una una única especie de Podarcis, y ésta es la que le toca a la de Arousa. Y alguna historia natural más os podría contar, pero para dos horas que estuvimos en la playa, ya bastante es...

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