22/8/15

Daniel Rabinovich, descanse en paz

Cuando el muerto no es de la familia, la noticia de la muerte nunca viene cuando uno lo espera, por mucho que la enfermedad, o la circunstancia que toque, sean de sobra conocidas. Y siempre antes de tiempo, pues ser o no de la familia poco importa en lo que al cariño que se tiene por una persona respecta. Se nos fue ayer Rabinovich, el que para muchos (servidor incluido) era la joya de la corona de Les Luthiers. Y Les Luthiers para muchos, servidor incluido, el salvavidas inefable a que agarrarse en muchos momentos de aburrimiento y de tristeza. Nunca les agradeceré lo bastante a Sofi y a Tania que me invitasen a verlos hace tres años, cuando ya poco contaba yo con poder disfrutar de sus actuaciones en directo. La siguiente tendrá que ser ya en el Cielo...

De las muchas cosas que podría enlazar (todas, probablemente), me quedo ahora con ésta, por surgir sus chistes frecuentemente en mis charlas con Álex. Para acordarme de que, realmente, todos somos contingentes, pero la risa es necesaria:

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