11/1/13

"Espejito, espejito..."

Cada año, millones de aves de miles de especies emprenden sus migraciones; y siendo tantas hay cancha suficiente para encontrarse cosas bastante curiosas, como todas las historias de avistamientos de rarezas que os comento de vez en cuando. Hay veces que las aves se pierden por culpa de las inclemencias meteorológicas, pero otras es algo interno lo que se les estropea; y ese es por ejemplo el origen de las migraciones especulares: en algunas especies, como las grullas o las anátidas, las rutas migratorias son en buena parte aprendidas; el animal joven viaja con su bandada y aprende hacia dónde hay que volar, dónde detenerse a descansar, etc. Pero en muchas especies la determinación de las rutas migratorias es genética y difícil de cambiar; y el pajarillo lleva dentro las instrucciones que, como a un pequeño autómata, le indican que en tal fecha (sorprende ver cómo, con datos de aves marcadas, estas fechas son casi invariables entre años) debe comenzar a migrar, volando en tal dirección durante tantos Km, para después girar y cruzar el mar, o un desierto, o una cadena montañosa, volado en tal dirección durante otros tantos Km... y así hasta llegar al destino. Y sucede en ocasiones que algunos individuos emprenden este viaje que llevan marcado en los genes... pero entendiendo todo al revés, de manera que en vez de volar con una dirección de 20º E desde su lugar de nacimiento migran 20º O, y así sucesivamente, realizando una ruta que es el fiel reflejo de la de sus congéneres, pero que le conduce a la otra punta del continente... ¿Y qué le espera allí? Pues normalmente la muerte, si no existen en la zona a la que sus genes equivocados le han llevado zonas apropiadas para invernar. Pero a veces el condenado bicho tiene suerte, y el sitio al que llega es adecuado para pasar la estación invernal. Y volverá en primavera a su tierra natal, criará, posiblemente sus descendientes hereden la tendencia de migrar "donde no deben"; y poco a poco se irá desarrollando una nueva zona de invernada regular para la especie. Este proceso está sucediendo en España con varias especies de origen oriental, pero que cada vez crían más hacia el oeste de Siberia, o incluso ya en el este de Europa; y que se presentan cada vez de forma más regular en nuestro país. Es el caso del correlimos pectoral, el aguilucho papialbo, la avefría sociable, el mosquitero bilistado o el mismo bisbita de Richard que me taché en diciembre, por ejemplo. Y hay veces en que a estos recién llegados les gusta tanto su nuevo hogar que, para sorpresa de todos, deciden quedarse a criar :-) Hace un par de días nos desayunábamos con la sorprendente noticia de que estos dos años pasados una pareja de águilas pomeranas Aquila pomarina había intentado criar en Cataluña. Aquí os la dejo...

2 comentarios:

Sonia dijo...

Qué curioso... Pobre pollitos. ¿No será que se están volviendo locos con tantos aviones y luces? ¿Sabes si eso influye de alguna forma en las migraciones polliles?

Antón Pérez dijo...

En cierto modo sí, niña, bien visto; pero lo dejaremos para otra entrada que será muy largo para un comentario...

...y gracias por pasarte otra vez, que se te echaba de menos ;-)