24/9/12

Como Gata panza arriba...

 El norte de Cáceres, cuanto más lo conozco, más me gusta: en años anteriores han ido cayendo el valle del Jerte y la comarca de la Vera; y este fin de semana la Sierra de Gata, que el sábado lucía así de bonita y tranquila...
 Como ya os dije en la entrada del sábado, la "excusa oficial" que Vero, Jorge y yo teníamos para el viaje era acompañar a Sofía, que tenía una boda, para que no fuese sola. Además, pretendíamos ver un par de lagartijas nuevas y bañarnos también...
 ... y lo de las lagartijas la verdad no salió muy bien: en varias zonas como la de la imagen (caminos a media luz entre melojares, delimitados por muretes de piedra), donde en Galicia tanto abunda la lagartija de Bocage Podarcis bocagei, buscamos sin éxito a su especie hermana del sur de la Península: la lagartija de Carbonell P. carbonelli.
 No vimos lagartijas, pero tampoco nos aburrimos: La Torre de Don Miguel, el precioso pueblo donde era la boda, resulto casualmente ser el pueblo de origen de la familia paterna de Jorge (Torres), que nunca había estado allí; y echamos un rato buscando la casa familiar, que descubrimos al preguntar por azar a un abuelete que resultó ser primo carnal del de Jorge. Cosas de los pueblos...
 Por lo demás, la zona estaba llena de ese otro tesoro que también buscábamos: las piscinas naturales. Y en la de la imagen, en Villasbuenas de Gata (tan limpia que hasta mirlos acuáticos había), cayó el último baño del verano.
Os dejo con un poco de "natación sincronizada" como testimonio de lo que fue y no pudo volver a ser el domingo: al levantarnos y subir la persiana de la habitación del hotel, descubrimos que el otoño había llegado a traición durante la noche :-/ La lluvia (que sí, que estaba el campo seco; que me alegro de que llueva, viejos de los demonios......) nos impidió buscar ayer de nuevo la lagartija de Carbonell y subir a Peña de Francia a ver la de las Batuecas Iberolacerta martinezricai; tendrán que quedar para otra ocasión. Nos volvimos pues a casa después de desayunar, sendereando sin embargo entremedias con el coche por la comarca de Candeleda (las tierras entre Gredos y el Tajo, donde se tocan Ávila y Toledo) para localizar no uno, ni dos ni tres; sino cuatro elanios comunes :-) Enseguida encontramos con qué entretenernos...

6 comentarios:

JuanMa dijo...

Estuve por esa zona en abril del 91 o del 92, de excursión con alumnos de mi instituto. Desde el monasterio de Las Batuecas (¿cartujo?), atravesamos el monte hasta un pueblo de las Hurdes (no recuerdo si era Las Mestas). Aluciné en colores al ver un lagarto verdísimo con la cabeza completamente azul (¿Lacerta schreiberi?) La marcha montañera fue una aventura por una senda casi borrada por la maleza. El grupo de los menos preparados se rezagó y se perdió. Los adelantados esperamos en el pueblo y los paisanos nos ofrecían tocar las campanas para orientar a los que quedaban arriba. Mientras bajaban, nos enseñaron su piscina natural, como la que tú has disfrutado. Más tarde estuvimos en el pueblo de Cirilo, aquel hombre que se anunciaba por la radio por fabricar el "cirilipolen", una bebida reconstituyente con propiedades fantásticas (contra todo tipo de males, incluida la impotencia).
La compañera que capitaneaba el grupo rezagado traía un cabreo tremendo, aparte del cansancio, pero yo recuerdo la batallita con cariño.

Antón Pérez dijo...

Schreiberi, seguro :-) Jeje; curiosa historia...

Vero dijo...

¿Y no hay mención siquiera a los momentos álgidos de Reggaeton? Bueno, este fin de semana va de decepción en decepción...

Antón Pérez dijo...

... si no recuerdo mal, no soy el único de los asistentes que tiene un blog done contar su versión del fin de semana :-p

Sonia dijo...

No te quejes tanto del otoño, que es la mejor estación. ¡Qué ganas de que llegara! Para ti el pegajoso verano.

Antón Pérez dijo...

It's MY blog and I'll cry if I want to, cry if I want to, cry if I want to...