1/4/12

Melindres

A mayores de las omnipresentes palmas ilicitanas, en Madrid por supuesto se venden hoy también ramos. Ramos de olivo, para más señas; olivo entre el que los gitanos disimulan el excedente de romero que no consiguen colocar el resto del año. Y es que en Madrid no crecen bien los laureles, planta con la que desde pequeño he asociado este día. Yo llegué a pasar pocos Domingos de Ramos en la aldea; allí los ramos de los niños se adornaban con cintas, caramelos y melindres (pequeñas rosquillas con un fuerte sabor anisado), que había que esperar a comerse hasta que acabara la Misa; y eso si no se los comía el perro antes en un descuido, que los críos pequeños pueden ser muy tontorrones...
Melindres en el ramo, aunque durante el evangelio, como en los oficios de Viernes Santo, se lea el relato completo de la Pasión. Pasión cuyas hieles bien merecen la pena, si empiezan con melindres y acaban con la dulzura más excelente de la Pascua...

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