20/3/12

Lunes dominical

Poco os he contado, porque poco he hecho este fin de semana, fin de semana de puente en Madrid en que mi hermano subió a Ourense. El domingo por la mañana, cumplidas las obligaciones para con Dios y para con mi estómago, sesión de faenas domésticas. Y luego eché toda la tarde en Santa Eugenia, en casa de Jorge y Vero, a los que nunca agradeceré lo suficiente la hospitalidad con que siempre me reciben aunque sea yo el que se autoinvita.
Ayer lunes empezamos igual que el domingo, sustituyendo la limpieza por la tesis, resultando al final ser el día bastante productivo. Por la tarde me dediqué a leer mucho y de todo, y a darme un pequeño paseo por el barrio y rodeando el campo de golf del Canal, como las viejas y las americanas; mirando al cielo, esperando en vano ver recortarse las siluetas de los primeros vencejos pálidos contra las nubes plomizas. Tardan ya en llegar, y se les ha adelantado el odioso retorno del mal tiempo... ya, ya sé que tiene que llover, pero...

Leyendo mucho, como decía: he terminado (¡oh, no!) la autobiografía de Sir David y comenzado Una educación incompleta: la de Evelyn Waugh, que tenía también pendiente desde Navidad... Supongo que están bien estas pequeñas entradas costumbristas, en las que os cuento sin estridencias a qué cosas me dedico. En el hipotético y dudoso caso de que mi vida le interese a alguien a la vuelta de los años seguro que mi biógrafo agradecerá que le haya dejado el trabajo a medio hacer, para no tener más que copypastearlo. Vago, más que vago...

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