1/1/16

Balance listero de 2015

Tardé en acordarme esta mañana de lo que significaba que fuese 1 de enero, y cuando por fin caí en la cuenta de que, como los últimos años, debería iniciar la entrada sobre los bimbos de 2015 comentando cuál ha sido la primera especie detectada en 2016, corrí raudo a la ventana del salón. Y costó sacar algún bicho, pues al principio, parece que por la congoja de ver las ominosas nubes del temporal que estaba a punto de descargar, nada se movía, ni por el cielo, ni saltando por los árboles, los tejados o las calles. Por fin escuché primero, y vi después, un par de carboneros comunes, a lo suyo entre los aligustres. Reflejado queda.
Y vamos con el balance de este año, en el que ya a la hora undécima conseguí superar en una especie las dos que me taché el anterior. Tres fueron los bimbos de este año, los tres largamente deseados, y además sólo uno de ellos era una rareza, cosa que me alegra, porque siempre dan como más vergüenza los huecos en la lista de especies que (en teoría) no son raras). A dos, la polluela bastarda de abril, y el mosquitero bilistado de octubre, las fui a ver después de que otros las encontraran, y encima arriesgando, dejando pasar varios días en los que pudieron haber desaparecido... Finalmente, los chorlitos carambolos de hace unas semanas también los encontró Vero, pero tardé exactamente nada en verlos yo después :-)
Tres especies de pájaro como tres soles, y ya. No he metido este año filas nuevas a mis listas de herpetos o mamíferos, y tampoco me he preocupado especialmente por las plantas (bueno, la orquídea micoheterótrofa sí me alucinó un poco). Me gustó tacharme Londres por fin, eso sí :-), pero estamos aquí hablando de naturaleza... ¿Jornadas de campo memorables? Cualquiera de los viajes de fin de semana que he hecho con Raquel y Vero (qué haría sin vosotras...) me sirve. Aunque me tocó especialmente la fibra nostálgica la de ahora de diciembre, al ser una especie de recordatorio de todo lo bueno que me ha dado una facultad que es para mí mucho más que un centro de trabajo. También resultaron especialmente formativos todos los días que pasamos cogiendo lagartijas Álex (qué haría sin ti...), yo, y un número variable de voluntariosos voluntarios.
Ea pues: que sigan siendo muchas las jornadas de campo memorables en 2016, cerca de casa o lejos, al sur... o al norte. Y que sigan siendo en buena compañía.

2 comentarios:

Vero dijo...

Brindis final!

Muchas gracias por la mención y por cada momento en compañía

Muak

Antón Pérez dijo...

A ti! Un beso.