El sábado, como tenía planeado, volví a la Albufera. Solo esta vez, porque Lalo estaba enfermo; así que tuve que ir en autobús y conformarme con los prismáticos. Pero, como ya había comprobado la semana anterior, la Albufera es un lugar fantástico, y mereció mucho la pena ir.
Desde los años 90 se han llevado a cabo programas de reintroducción de diversas especies de aves que se habían extinguido en la zona; todos con éxito. Dos de ellas, el pato colorado y el calamón común, son especies bastante abundantes en los humedales mediterráneos de la península. La malvasía cabeciblanca, tras casi extinguirse (en 1977 quedaban sólo 22 en España), logró recuperarse y ahora es también relativamente frecuente. Sin embargo, la focha moruna Fulica cristata, de distribución principalmente africana, sigue siendo una especie en peligro crítico de extinción en nuestro país; su población, aunque aumenta muy poco a poco, asciende sólo a alrededor de 30 parejas. Así pues, tenía muchas ganas de verla, y como podéis ver en las doble foto de arriba no me quedé defraudado: Desde un puente sobre el Canal Gran, apenas a un par de metros bajo mis pies, aparecieron primero dos ejemplares de los liberados, con sendos collares blancos de lectura e identificación a distancia... Y al rato, su retoño de este año, éste ya genuinamente mallorquín :-) ¡Qué preciosidad de bichos, tan parecidas y a la vez tan distintas de las fochas comunes, con esos bultos rojos y ese pico azulado...!
Desde los años 90 se han llevado a cabo programas de reintroducción de diversas especies de aves que se habían extinguido en la zona; todos con éxito. Dos de ellas, el pato colorado y el calamón común, son especies bastante abundantes en los humedales mediterráneos de la península. La malvasía cabeciblanca, tras casi extinguirse (en 1977 quedaban sólo 22 en España), logró recuperarse y ahora es también relativamente frecuente. Sin embargo, la focha moruna Fulica cristata, de distribución principalmente africana, sigue siendo una especie en peligro crítico de extinción en nuestro país; su población, aunque aumenta muy poco a poco, asciende sólo a alrededor de 30 parejas. Así pues, tenía muchas ganas de verla, y como podéis ver en las doble foto de arriba no me quedé defraudado: Desde un puente sobre el Canal Gran, apenas a un par de metros bajo mis pies, aparecieron primero dos ejemplares de los liberados, con sendos collares blancos de lectura e identificación a distancia... Y al rato, su retoño de este año, éste ya genuinamente mallorquín :-) ¡Qué preciosidad de bichos, tan parecidas y a la vez tan distintas de las fochas comunes, con esos bultos rojos y ese pico azulado...!
De regalo os pongo aquí abajo la foto de una garceta grande Egretta alba que saqué a través de los prismáticos. Ya he comentado alguna vez que esta ave, escasísima en España hasta los años 90, es cada vez más fácil de ver; e incluso crían ya varias parejas en el Delta del Ebro.
durante un par de invernos houbo unha Fulica cristata en Louro con collar... de Córdoba...
ResponderEliminarÉ certo, é... Onte avisouse dunha máis na lagoa da Frouxeira (Valdoviño); ao mellor é so cuestión de fixarse un pouco máis nas fochas para ver que non son bichos tan infrecuentes e Galicia...
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